Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


482
Legislatura: 1869-1871 (Cortes Constituyentes de 1869 a 1871)
Sesión: 28 de enero de 1870
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Salazar y Mazarredo. Réplica al Rebullida, al Sr. Rodríguez Seoane. Réplica al Sr. Tutau. Réplica al Sr. Rebullida
Número y páginas del Diario de Sesiones: 204, 5.287
Tema: Presupuestos

El Sr. Ministro de ESTADO (Sagasta): El Sr. Tutau se va a convencer enseguida de la sinrazón de su enmienda.

Comprende este capítulo, importante 471.270 pesetas, dos clases de gastos, los gastos que se llaman eventuales y los que se llaman imprevistos.

Pues bien: en los gastos eventuales están comprendidos todos los viajes que hacen los individuos del cuerpo diplomático y consular cuando son trasladados de unos a otros puntos, y cuando son nombrados o separados. Con sólo esta indicación comprenderán las Cortes que apenas hay lo bastante para esta atención, no sólo con los gastos eventuales, sino hasta con los imprevistos en un país donde constantemente, por desgracia, se renueva y se mueve el personal. Señores, con el millón y medio que importan los gastos eventuales e imprevistos, se costean todos los viajes del cuerpo diplomático y consular, y además todos los gastos que pueden ocurrir en un Ministerio como el de Estado, en que por circunstancias especiales conviene a veces mandar a cualquier corte un enviado especial, un embajador extraordinario, en que puede convenir mañana establecer una legación donde no la hay, o enviar un ministro plenipotenciario allí donde no le tenemos, en que mañana, por ejemplo, para reanudar nuestras relaciones con el Perú, con Chile y con Méjico haya que establecer allí legaciones; ¿creen los Sres. Diputados que es grande la partida de millón y medio de reales?

Y por último, si fuera grande, ¿qué importa que está en el presupuesto? Si no se gasta, en el Tesoro queda; pero puesto que ya está consignada, ¿hemos de reducirla, exponiendo al Ministro de Estado a que no pueda enviar, trasladar o separar un embajador, ministro plenipotenciario o cónsul, o establecer una legación allí donde sea necesario, por no tener dinero para costearlos el viaje? ¿Sería esto digno y conveniente?

Además, yo puedo asegurar que esa partida casi nunca ha sido suficiente, y que en el mismo presupuesto del señor Silvela, que aquí ha sido tan encomiado por los señores de enfrente, se consignaba esa partida, porque era posible disminuirla. Pero ya se ve, el presupuesto de Estado es el primero que se discute; los Sres. Diputados se encuentran más dispuestos a discutir, y el Ministro del ramo es, por consiguiente, el que más sufre.



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL